La vergüenza tiene límites: a propósito de El Informador
Synopsis
Sin medios de comunicación democráticos, éticos y comprometidos con el país no hay democracia posible. Hoy como nunca, cuando la construcción de lo público pasa centralmente por el "ágora" que los medios constituyen y representan, resulta fundamental un ejercicio periodístico honesto y comprometido con su propio quehacer: informar, es decir, no sólo dar cuenta del acontecer, sino contribuir con su ejercicio a la formación de opinión pública. Sabemos bien que muchos medios, canales, frecuencias, sitios, no se traducen necesariamente en mejor información o en más democracia, porque lamentablemente mucho del boom mediático obedece a que los poderes fácticos son conscientes de que contar con sus propios medios o, por lo menos, con alianzas estrategias con algunos de ellos, es clave para impulsar proyectos interesados.