Los climas en que se desarrolla la vida son variados. Conocer bien estas variaciones e identificar en qué tipo de clima se desenvuelven nuestras actividades sociales, económicas, políticas y culturales implica comprender las diferentes dependencias e interdependencias que tenemos con la naturaleza. Las sociedades no se encuentran separadas de sus condiciones climáticas y ambientales. Tampoco las ciudades, ni la producción industrial, ganadera y agrícola que enlazan las dinámicas urbanas, periurbanas, regionales, campesinas y comunitarias mantienen procesos aislados de los ecosistemas que les dan sustento.