Toda reflexión sobre política cultural se refiere en última instancia al ejercicio del poder y la toma de decisiones del estado o de los agentes sociales para definir el curso que ha de seguir ese haz de relaciones de la vida social que identificamos con el nombre cultura. Sin embargo, este señalamiento inicial requiere varias precisiones, siendo la primera la definición de este concepto evanescente que es la política. Con frecuencia nos referimos a que una acción es política, pero no encontramos las palabras exactas para decir por qué lo es. Y es que, al igual que la cultura, la política es difícil de circunscribir, por lo que usamos el concepto para expresar una cualidad, más que para señalar una cosa, es decir, lo utilizaremos con un sentido adjetivo. En términos generales, decimos que una acción es política cuando involucra la participación de diversos agentes sociales en la atención de asuntos que comportan objetivos públicos.