La prisión es una de las instituciones creadas por las sociedades, en las que desafortunadamente se ha desvirtuado el objetivo que se perseguía con ellas: la reinserción social de los que son consignados en ella. Sin embargo, no todo está perdido: la prisión puede ser también oportunidad para la superación personal y la transformación social. Desde que Michael Foucault escribió en su obra Vigilar y castigar (2004) aquello de que en las prisiones se castiga el alma de los reos, la prisión ha avanzado mucho, o tal vez no ha avanzado nada. Las constituciones de prácticamente todos los países del mundo y la normativa internacional hablan de la reinserción como el objetivo fundamental de la pena privativa de libertad. ¿Reinsertar dónde? ¿Después de qué proceso? ¿En qué condiciones?